Otra vez, como el año pasado por estas fechas, Mario se ha ido a Canarias con los abuelos. Aunque lo estoy pasando fatal porque no puedo evitar pensar en él todo el rato, he decidido que este año no voy a darle tantas vueltas a la cabeza, pues el año pasado fué horrible para mi. Asi que he organizado la agenda con muchas cosas para hacer con el fin de estar ocupada el mayor tiempo posible y no pensar.
Cambiando de tema, me he comprado un bambú de la

suerte,

que ya tenía yo ganas desde hace mucho. Aunque tengo entendido que en realidad no es un bambú sino una planta que se llama Drácena sanderiana y es de la misma familia que el tronco del Brasil. Esta planta se puede tener en agua aunque su ubicación natural es la tierra por lo que aconsejan que, si despues de tenerla en agua se pone amarilla o se está echando a perder, se debe plantar en tierra. El agua hay que cambiarla mas o menos una vez a la semana y solo debe cubrir las raices sino el tallo acaba pudriendose. Necesita tener luminosidad pero no luz directa. Crece con temperaturas que van desde los 15º a los 32º. Por último añadir que se puede reproducir cortando el tallo en dos, justo por debajo de un nudo. El trozo que se queda con las raices volverá brotar y el otro se introduce en agua y echará raices y luego el brote. Esta planta es de muy lento crecimiento, puede ser algo mas rápido si se le añade fertilizante líquido una vez al mes o cada dos meses.