Las vacaciones en la isla de Gran Canaria nos han servido para descansar y disfrutar de la playa. Tengo que decir que aunque no me haya resultado especialmente bonita, si es una ciudad a la que me iría a vivir. Sus gentes son muy amables y atentas, no existe el estress ni los agobios. No hay demasiado tráfico ni aglomeraciones, hay tranquilidad y además cuentan con muchisimas tiendas, centros comerciales etc. Osea que no se echa nada en falta y con la ventaja de que allí es todo mas barato que en la península. Si a todo esto le añadimos la hermosa playa que tienen pues...para mi ya lo tiene todo.
Los niños lo pasaron muy bien en la playa y tambien en la piscina del hotel. Hicieron algunos amiguitos con los que jugaban. Cerca del hotel había un gran parque con muchos columpios al que les encantaba ir (Santa Catalina). Víctor decía "amos a pumpios" (vamos a los columpios).
La temperatura fué ideal, por el día hacia el suficiente calor para bañarte pero sin agobiarte y por la noche casi frio, de modo que se podía dormir bien. Solo hubo dos días de mas calor que además coincidieron con los incendios que hubo en la isla, provocados como venganza por un guardia forestal al que habían despedido, una pena.
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